miércoles, 26 de mayo de 2010

Recordar el olvido.


Yo sé, y no me canso de repetírmelo, que no descubriré ni menos inventaré nada porque casi todo está ya descubierto o inventado. Al menos eso me dicen los sabios e inventores. Lo único que quiero es recobrar los momentos felices de mi infancia… que duele con tan solo recordar sus olvidos…, encontrarme a mí mismo a través de una historia sagrada que aplastó mi infancia y mi adolescencia, y aniquiló todo vestigio de mi ser en estado puro. Quiero seguirme los pasos cuando me pierdo en los bosques del subconsciente. Sorprenderme in fraganti, con las manos en la masa de mis revueltos y rocambolescos pensamientos. Y mirarme, por una vez, de frente, en las aguas tranquilas que rodean mi isla. Es lo menos que puedo pedir en esta historia. De lo contrario, lo confieso, habré fracasado una vez más.

(Mañana: “Mi infancia remota”)

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